Querida hermana:
¡Qué ilusión recibir tu carta! Que compartamos ideas, inquietudes, razonamientos y no simples frases colmadas de emoticonos, como veníamos haciendo. Ha sido tal la alegría, que volví a releer la mía para prolongar el entretenimiento. Hete aquí, que me encontré con esas faltas ortotipográficas que, como bien sabes, se han convertido en mi obsesión. Pero, como no, si los signos de puntuación se ponen en el lugar equivocado, las palabras dejan de decir lo que queremos expresar.
La primera falta es esa coma anglosajona que traje de allí y que me delata en los saludos. No obstante, tras el brexit la he devuelto (con tristeza) a su patria, y en su lugar he plantado, correctamente, los dos puntos castellanos (carta 30 enero 2021).
Pero ¿qué me dices de esa otra coma que se coló detrás de la palabra optimismo? ¿Es correcta? Yo creo (y sé) que no, pero por favor dame una explicación sencilla para no cometer, de nuevo, este error. (carta 30 enero 2021)
Otra duda me surge con ese bigotito lujoso (temido por muchos escritores) que es el punto y coma; lo planté detrás de la palabra gratuitamente. ¿Consigue que mi estilo gane fluidez?, ¿cuál hubieses utilizado tú? (carta 30 enero 2021)
He empezado a preocuparme por el tono y ritmo de mis textos (incluso en mis informes empresariales, perdón, sobre todo en mis informes empresariales, a ver si es posible que una buena redacción haga más atractivo su contenido), por tanto, tu ayuda es de gran valor.
Esta carta termina aquí. Ya volveremos a mis inquietudes y reflexiones sobre los autónomos y empresarios, porque tus breves líneas, tan bien escritas, han suscitado varias.
E.