14 junio 2021

Querida hermana:

Créeme, el desconcierto es totalmente mío al leer tus palabras, palabras que sustentan el paradigma de todos aquellos empresarios a los que les aburre cualquier tarea que no entienden. El lema «yo solo quiero hacer mis cosas, ¿hay alguien que pueda hacer esto por mí?» responde más, a mi parecer, a taller de aficionados los viernes por la tarde; algo que no recomiendo a todo “mísero aspiracional” si no quiere pasarse el resto de su vida amargado.

En serio, ¿no te inquietaría dejar la parte más delicada, las cuentas de tu empresa, en manos de un desconocido sin la seguridad de saber si hace bien su trabajo? Además, ¿quién ha dicho que sean los propios empresarios los que tengan que hacer esas tareas repetitivas? Lo que necesitan es aprender a leer los documentos que prepara el gestor, entender esos números que, en definitiva, son el lenguaje que utiliza la empresa para contar el resultado de todas aquellas decisiones que se han ido tomando.

Cierto es que todos caemos en esa dulce pedantería que solo perjudica al que la práctica. Yo misma, acuérdate, cuando empecé a escribir te decía muy segura: «por mi parte solo necesito escribir tal como me expreso, el corrector revisa mi gramática, mi estilo, etc. No es necesario que yo sepa, para eso están los profesionales». ¡Qué gran batacazo! El corrector estaba tan perdido como yo, pero no pude detectarlo. ¡Menos mal que vosotros lo hicisteis a tiempo!

Desde entonces, estudio las técnicas de escritura y, aunque sigo trabajando con correctores de estilo y ortotipográficos, el hecho de conocer las reglas me aporta seguridad; además ahora aprecio la belleza, no la solo la utilidad, de vuestra profesión. En palabras del maestro Isaac Asimov: «Usted tiene que prepararse para ser un escritor de éxito de la misma manera que lo haría para cualquier otra profesión altamente cualificada…» Esto mismo aplica para aquellos que quieran emprender; necesitan prepararse, entender cómo funciona un negocio sea pequeño o grande.

Te quiere siempre.

E.