El IVA es un impuesto que tiene como objetivo gravar el consumo. La ley del IVA indica que los empresarios o profesionales son los que deberán cobrar (“repercutir” en la terminología del impuesto) el IVA al cliente e ingresarlo a la Hacienda Pública.
El cálculo del IVA
IVA a ingresar en la Hacienda Pública= IVA repercutido-IVA soportado |
El IVA pretende ser un impuesto neutro para los empresarios o profesionales; entendamos esta afirmación con un ejemplo:
Antes de llegar al consumidor los bienes y servicios pasan por varios procesos de transformación. En el caso de fabricación de una manta se podrían diferenciar cinco actores: el productor de lana, el tejedor, el vendedor mayorista que la distribuye, el comerciante minorista y consumidor final —el que verdaderamente paga el impuesto, ya que no se lo puede deducir.
Para facilitar las operaciones contemplamos un IVA general con un tipo impositivo del 10%.
El precio final de la manta, el del escaparate —que paga el consumidor— es de 660€: 600€ beneficio del vendedor + 60€ de IVA. Veamos como llegan estos 60€ a las arcas públicas.
Pasos:
1. Un productor vende una cantidad de lana a un tejedor por un precio inicial de 100€, sin embargo, a este precio tiene que añadir un IVA del 10%. Por lo que el precio final que paga el tejedor es: 110€ (100€ iniciales + 10€ de 10% de IVA).
El productor, tal y como marca la ley, tiene que ingresar en la Hacienda pública los 10€ que ha cobrado al tejedor en calidad de IVA.
2. El tejedor que ha comprado la lana a 110€ (100€ del precio inicial + 10€ de IVA), vende la manta que ha hilado a un comerciante mayorista por 200€, le suma (repercute) el 10% de IVA, o sea 20€. El precio final que paga el comerciante mayorista por la manta es 220€.
El IVA que tiene que ingresar el tejedor es 20€ que ha cobrado (repercutido) al mayorista –10€ que pago en calidad de IVA al Productor= 10€ a ingresar en las arcas públicas.
3. El comerciante mayorista que ha comprado la manta a 220€ (200€ del precio inicial + 20€ en calidad de IVA), se la vende a un comerciante minorista por 400€, a los que le suma (repercute) 10% de IVA, es decir, 40€. El precio final para el comerciante minorista es 440€.
El IVA que tiene que ingresar el comerciante mayorista a la Hacienda pública es 40€ que ha cobrado (repercutido) al minorista – los 20€ que pagó en calidad de IVA al tejedor= 20€ a ingresar en las arcas públicas.
4. El comerciante minorista compra la manta por 440€, 400€ de precio inicial + 40€ en calidad de IVA. La vende por un precio final de 660€ (600 precio inicial + 60€ de IVA). El importe de IVA que tiene que ingresar son los 60€ que ha cobrado (repercutido) al consumidor final – los 40€ que pagó al comerciante mayorista= 20€ a ingresar en las arcas públicas
5. El consumidor compra la manta por 660€: 600€ del precio real + 60€ de IVA que no se puede deducir.
Todos y cada uno de los empresarios ha ido recuperando su IVA en las diferentes fases, gracias al mecanismo repercusión-deducción del IVA. El único participante en la operación que no recupera el IVA es el consumidor final; el verdadero protagonista para la Hacienda pública.